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En plena efervescencia
de la Revolución Francesa, el solo hecho de ser considerado sospechoso
(de lo que fuere) otorgaba discrecionalidad a los «FUNCIONARIOS
DE LA REPÚBLICA» para condenar a todo aquel que osaba CON
SU PENSAMIENTO, O COMPORTAMIENTO, confrontar a la Revolución.
Fue así como el jacobinismo genero un régimen de Terror
llevado a limites inconcebibles, que a la postre devino en su sangriento
fin. Y todos conocemos como la Revolución acabo devorando a sus
propios hijos.
Ciertamente que nuestro Robespierre tropicalizado, no ha llegado, POR
AHORA, a los extremos insanos del «revolucionador de revoluciones»
pero es obvio que va en ese camino.
Utilizando los mismos métodos jacobinos: aterrorizando, usando
los caminos más tortuosos, condenando por la simple sospecha, infamando,
descalificando, obligando a sus oponentes a ponerse al descubierto con
promesas falsas para luego acabar con ellos, e imponiendo por esta vía
su poder.
Afortunadamente (triste consuelo), esto generara, mas temprano que tarde,
su propia destrucción, y con ella se deteriorara aun mas el país,
Por aquello de que "Después de mí el diluvio",
solo falta que aparezca en la escena nuestro Termidor.
¿DÓNDE ESTÁS TERMIDOR....?
Amanecera y veremos.
Rómulo Lander Hoffmann
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