 

|
Aunque quedan todavía algunas aves
agoreras, algunos incrédulos, algunos pendejos y algunos vivianes,
poco a poco la gente se ha dado cuenta que quien hoy nos desgobierna
es derrotable con todo y sus armas, con todo y sus poderes supeditados,
con todo y sus huestes, sus adlátere, sus serviles y sus miles
de millones de dólares guardados en sospechosos fondos de inversión
(¿personal?).
Al momento de la publicación de este escrito quedaran 16 días
para nuestra histórica cita, ese día podremos cambiar
los infames designios del saliente y omito el calificativo de presidente;
porque presidente no es ni nunca lo ha sido, quizás solo un remedo
de dictador pero majunchito. Así, con diminutivo y todo.
Tendremos frente a nosotros la posibilidad de escribir un nuevo capitulo
de nuestra historia que solo será escrito si salimos masivamente
a enfrentar nuestro destino con Prudencia, Templanza, Valor Y Justicia;
tal como describe Platón, en su obra La República, al
hombre Democrático.
Y luego de escrito este primer capitulo estamos obligados a ser los
hombros de Henrique Capriles, estamos obligados a entender que el desastre
que vamos a recibir de quien hoy nos desgobierna NO es posible de ser
revertido en el corto plazo. Y que la instauración de un Estado
Ideal como el que TODOS los venezolanos merecemos, tiene que estar apuntalado
en la planeación, promoción y desarrollo de las diferentes
regiones del país. Dentro de un marco Federal eficiente y eficaz.
Para ello debemos de reformular la distribución del poder que
actualmente esta, omnímodo, en manos del sátrapa y el
pivote que lo hará posible es la participación VERDADERA
de la sociedad civil en su conjunto y el compromiso de TODOS con un
nuevo Contrato Social que involucre en igualdad de condiciones a gobernantes
y gobernados, asumiendo cada quien las responsabilidades que nos correspondan
y en el tiempo que sea necesario para conseguirlo. Sin apuros!!!!!,
sin inmediatismos!!!!.
El Estado social tal como lo conocemos, debe ser redimensionado y dispuesto
a la sociedad para que genere múltiples iniciativas de los actores
que en el se involucren, actuando dentro de compromisos y normas que
estén regidos por principios éticos muy diferentes a los
de estos últimos 14 años.
Dentro de nuestra constitución, al menos en teoría, están
plasmados los fundamentos de un Estado Federal Descentralizado que intencionalmente
estos 14 años devino en un modelo absolutista y autoritario que
a pesar del inmenso caudal de dinero que le ha ingresado, criminalmente
nos ha conducido a una pobreza estructural cada vez mas profunda y dependiente,
que en términos absolutos es mayor a la que teníamos antes
de 1998, ya que la verdadera riqueza de un país no se mide en
función de sus ingresos sino por la suma de los bienes y servicios
producidos con verdadero valor agregado vía transformación.
Que entre otras cosas incluya generación y/o transferencia de
tecnología.
Nuestra verdadera pobreza ha sido solapada (Adj. [Persona] que oculta
maliciosa y cautelosamente sus planes y pensamientos) por múltiples
misiones dadiva que de ninguna manera, dado su carácter improductivo,
pueden ser asimiladas al concepto de desarrollo.
No hay duda de que los resultados a largo plazo del nuevo pacto social
dependen del nivel de compromiso de los liderazgos nacionales y regionales;
tanto públicos como privados y sobre todo del nivel de compromiso
de nosotros como sociedad civil en su conjunto.
Al estado le concierne básicamente el orden publico, la administración
de los asuntos colectivos, el mantenimiento de la administración
de justicia, la promoción del bienestar de la población,
la planificación de los proyectos de desarrollo que por economía
de escala no pueden ser desarrollados por el sector privado; ello incluye
vialidades rurales, salud, educación eficaz y eficiente en leal
competencia con la privada, infraestructura, seguridad, vivienda. En
resumidas cuentas, el Estado debe ser rector y no intervencionista.
Promotor y no constructor. Repartidor de las riquezas de la nación
en forma de proyectos reproductivos que generen un verdadero desarrollo,
que al final se evidencie en mejora de la calidad de vida y no solamente
en el bienestar económico, de sus ciudadanos.
Estos son los preceptos a los que debemos ceñirnos para la construcción
de una nueva y moderna sociedad - Estado. Una Democracia verdaderamente
participativa que promueva la distribución vertical del poder
basado en una descentralización real, operativa, efectiva y eficiente
desde el poder central hacia las regiones.
Para recomponer nuestro maltrecho pais, un nuevo contrato social deberá
surgir del deseo y la participación de TODOS y una nueva Asamblea
Constituyente tendrá que ser considerada. Deberá estar
acorde con las exigencias del siglo XXI y sobre todo deberá estar
en sintonía con las necesidades de aquellos que vivimos en esta
hermosa tierra de gracia.
Amanecera y veremos
Rómulo E. Lander Hoffmann
http://www.romulolander.com
Septiembre 2012
|