POLíTICA
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8 Junio, 2012 Revisando las incontinentes declaraciones de nuestros “héroes de la revolución”: Histéricas algunas, fuera de tono otras, desprovistas de la menor idea de lo que hablan las más, encontramos un denominador común en todas ellas. La gastada -sobre todo por ellos- palabra; revolución. Moviéndonos dentro de ese contexto, o más bien tratando de hacerlo (por lo viscoso), se nos revela la verdadera esencia de quienes han degradado hasta la inutilidad total, tan hermosa utopía. Encontramos también otra antinomia (tesis – antitesis) entre estos declarados “revolucionarios” de oficio y lo que debería ser el comportamiento de un verdadero revolucionario. Algunos de ellos son realmente fatuos y procaces en su actuar, mal imitando a saboteador mayor. Pero claman decencia. Escatológicos otros, como usan y acostumbran a ser los que hoy nos desgobiernan. Pero clamando decoro en los demás. Insultantes los mas, como acostumbran a ser imitando la fatuidad arrogancia y estulticia del héroe del museo militar. Pero piden respeto para su persona. Todos estos calificativos aquí expresados, son tomados de su propio léxico y han sido utilizados por él en infinidad de ocasiones en sus interminables peroratas y en especial en los Popi shows dominicales gracias a Dios hoy día medio descontinuados, en los que los escupe sin decoro ninguno en una suerte de lenguaje pseudo coloquial para dárselas de pueblo messmo, pero la verdad es que no como que no conoce otras. Así que si hay alguien a quien reclamar la degradación total de la palabra Revolución, es a él. La verdadera revolución, no tiene nada que ver con un estado o con un hombre, la revolución se lleva por dentro. La sentimos millones de venezolanos hasta en el más recóndito espacio de nuestro ser. Revolución, no tiene nada que ver ni con el socialismo, ni con el capitalismo, ni con pitufos mentales. Y sí tiene todo que ver con el verdadero amor a la patria, (que no el patrioterismo) y la búsqueda constante del desarrollo y el bienestar común. Y es practicando y tratando de llevar a cabo, día a día, estos principios de desarrollo y bienestar común, que se llega a ser verdaderamente un revolucionario. Por eso nunca creí en algunos de los líderes de antes y mucho menos en ninguno de los “revolucionarios” de ahora. Culpable del actual estado de cosas que Uds. constante y cínicamente señalan, fue el obstrusismo supino de quienes creyeron que en la caterva de pseudo revolucionarios de cafetín que hoy nos desgobierna, (algunos por convencimiento (¿?) y los más por oportunistas) estaba la salvación de la patria. Revolucionaria es mi alma y la de millones de venezolanos que aún esperamos que algún día nuestra amada patria pueda darles a “todos” sus hijos el bienestar y desarrollo que merecemos y por el que tanto lucho nuestro Libertador. Revolucionarios no son quienes hoy nos desgobiernan, ni los que en provecho propio, traicionaron las ilusiones de todo un país que puso en ellos todas sus esperanzas y su confianza, sus desvelos y sus sueños de un país en el que “todos”, sin excepción, fuéramos incluidos. Revolucionarios somos millones de VENEZOLANOS que amamos sin condición, y sobre todo, sin entregar ni a babalaos ni a extraños; la PATRIA, sus SIMBOLOS y su LIBERTADOR ¡La verdadera revolución está en salir a votar masivamente el siete de octubre! Amanecerá y veremos. http://www.romulolander.com
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