La
verdadera causa del crecimiento descontrolado de la pobreza en América
Latina y en Venezuela se origino en década de los 50 del siglo
pasado con el predominio de la teoría de la dependencia y la
instauración del Capitalismo de Estado en economías
cerradas ( crecimiento hacia adentro según la CEPAL) que indudablemente
llevo a la bancarrota a la mayoría de las economías
de la región, aunado a una miope visión de la mayoría
de los lideres políticos (que no de las instituciones) de ese
momento histórico.
Si observamos
detenidamente encontraremos que para la época la inmensa mayoría
de los gobiernos de la región eran regimenes autoritarios Light
y/o dictaduras declaradas (como el actual en nuestro país ),
siendo Venezuela, una de las pocas excepciones en la que se evidencio
un crecimiento vertiginoso en esos mismos años, aunque fue
un crecimiento con muy poco desarrollo y ello sucedió porque
aunque básicamente el modelo económico pretendía
la modernización del país, apoyó su implementación
en la potenciación de reducidos grupos de interés en
vez de haberse ampliado esta implementación hacia las bases
de la población. Es decir; el modelo en si demostró
su efectividad, pero su implementación fue torpe y miope.
Hoy día
sucede lo mismo, pero al reves siendo miope y torpe la exclusión
de grupos que podrian aportar conocimiento y experiencia.
Si revisamos detenidamente
estos datos disponibles para quien quiera ver, se evidencia que los
regimenes autoritarios no son la solución a los problemas de
la región ni a los de Venezuela y mucho menos si están
disfrazados de Democracia Participativa donde en realidad participan
muy pocos. Tantos, que uno solo es el que participa a los demás
de las decisiones tomadas, basándose para ello en el uso del
plebiscito. Que termina siendo nada mas ni nada menos que la ratificación
de la voluntad del líder de turno, pero creando el espejismo
de la participación popular. Suerte de satisfacción
subliminal magistralmente implementada por los ñangaras camaradas
desde tiempos inmemorables.
El juego de la
mentira logro con indiscutible éxito trasladar el rotundo fracaso
de los modelos estatistas autoritarios, hacia el supuesto fracaso
de la economía de mercado vía el slogan: “Capitalismo
Salvaje”, lo triste es, que la gente compro esta mentira sin
mirar hacia atrás, sin corroborar que estos mismos personajes
que hoy tratan de implementar el totalitarismo del siglo XXI son los
mismos dinosaurios y sus herederos que hundieron a la América
Latina en este torbellino de pobreza, cuya inercia aun después
de años de crecimiento relativo, continua.
Específicamente
el actual gobierno usufructúa, a pesar de los incontables disparates
administrativos, de una bonanza que no ha creado, pero a través
del Juego de la Mentira nos trata de vender la idea de que los éxitos
han sido consecuencia de sus esfuerzos, sacrificios y amor hacia nosotros
y todo esto dentro del más puro salvajismo social, o Socialismo
salvaje si mejor les parece.
No existe la menor
duda de que este proyecto debe ubicarse dentro de la izquierda totalitaria;
En teoría podríamos catalogarlo de izquierda dada la
orientación de la política económica que prioriza
la reducción de la desigualdad social.
Creo que en esto
de la desigualdad esta teniendo un éxito tremendo dado que
cada vez hay mas iguales... en pobreza; Aunque algunos son mas iguales
que otros. Solo basta ver las calles de nuestras ciudades repletas
de nuevos y flamantes carros de lujo y las urbanizaciones con sus
nuevos inquilinos o propietarios que han alcanzado la igualdad en
tan corto espacio de tiempo.
El actual presidente
comenzó este juego de la mentira desde que ingreso a la academia
militar. Lo que la mayoría de sus seguidores no sabe, es que
el lo seguirá jugando hasta lograr igualar por debajo a las
clases sociales, entonces y solo entonces se darán cuenta de
que ser igual, es la peor desgracia que podría habernos sucedido
como pueblo.
Porque todos seremos
iguales…..Menos ellos que serán muy pero muy pocos.
Amanecerá
y Veremos.
Jueves, 4 de enero
de 2007 |