De Carlos Andrés Pérez se
pueden decir muchas cosas unas malas, otras buenas. Pero al final de
la existencia de cualquier ser humano lo que cuenta es el balance de
su vida y sin duda que la del presidente Pérez es positiva. Pobre
de aquel que piense que solo los errores cuentan porque vivirá
preso de los propios.
Muere el Presidente Pérez lejos de la tierra de sus desvelos,
a la que dedicó todo su esfuerzo creador, a la que dedicó
su pasión por las libertades democráticas pasión
que lo llevo a aceptar sin oponerse en lo absoluto a un aberrante proceso
refrendado por sus propios compañeros y que al final fue el desencadenante
de todo lo que en nuestra patria ha sucedido hasta el presente. Definitivamente
pecó de demócrata el presidente Pérez.
Algún día cundo la historia decante lo entonces sucedido
encontraremos y quizás sentiremos vergüenza al ver que por
querer destruir a un hombre, destruimos al país. En algún
momento entenderemos cuan dañinos para el país resultaron
hombres como Escobar, o Meza, o Alfaro, o Caldera, o tantos otros políticos
y no políticos que persiguiendo el poder desdibujaron de tal
manera a la patria que lograron borrarla del sentimiento de sus pobladores,
si es que ella realmente alguna vez existió, como dice una hermana
mía.
Carlos Andrés, fue incansable en su lucha por la libertad y la
justicia, con sus aciertos y sus errores como todos los líderes
importantes y quien no lo reconozca así estará tan preso
de sus miserias como quienes cometieron el craso error de defenestrarlo.
Cuando el destino los alcance, la historia, nuestra historia lo pondrá
en el lugar que le corresponde, como un CIUDADANO, como un hombre que
fue capaz de darlo todo por su país; Sus sueños, sus desvelos,
su libertad.
Rómulo E Lander Hoffmann.
Amanecerá y Veremos
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