POLíTICA

Absolutismo democrático



 

 

Que las democracias Latinoamericanas han involucionado, no tiene discusión.

La aparición de nuevos gobiernos socialistas, con dictadores ídem, o con aspiración a serlo, son un hecho notorio.

Revisando el porque o como de este fenómeno, nos encontramos con que a través de la falsificación de las matemáticas; usando el metodo de la “Absolutizacion de las mayorías”, han logrado “CONVENCER” a la minoría electoral, de que la mitad mas uno, dentro del universo que ejerce efectivamente el voto, termina siendo igual al cien por ciento del universo elector total. Mientras que esa misma mitad menos uno, para esa misma minoría ahora mayoría absoluta, equivale a CERO.

Este, obviamente, es el metodo escogido por el gobierno de Hugo Chávez, en una muestra de desprecio total de lo que las minorías representan como parte de las mayorías Y, sin importarle en lo absoluto la legimitizacion voluntaria.

Todo esto viene a colación por los mas recientes acontecimientos alrededor de la propiedad privada, de los derechos individuales, y de cualquier actitud que se asemeje a disidencia con el nuevo pensamiento único.

Entre líneas, Hayek plantea que la libertad individual politica depende de la libertad individual económica y utilizando este razonamiento, desarrolla y explica en su obra: “Camino de la servidumbre”, que no hay posibilidad alguna de que la democracia exista si no hay libertad económica.

La mayoría “Absoluta” utilizada en sentido populista, no es para sus integrantes mas que una abstracción. La cual, es hábilmente manejada por “lideres” que en principio fueron electos democráticamente.

Estamos en presencia de la perdida de la mas grande oportunidad de un cambio real jamás habida para nuestra patria después de la independencia. Es triste ver como en aras de la persecución del sueño que alguna vez tuvo Castro y que nunca logro justamente por lo falaz de su oferta y sobre todo de su intención, se nos escapará de las manos la posibilidad de darle a nuestra gente, la calidad de vida que se merecen por ser ellos el resultado de los sueños del Libertador.

Creo que poco falta para que escuchemos la infeliz frase de Luís XIV: “EL ESTADO SOY YO”. En ese momento, habrán muerto las reencarnaciones de Bolívar y Zamora y el pensamiento contructivista habrá regresado.

Amanecerá y veremos.
Octubre 2005

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